Propuesta para una nueva base industrial española

Sin duda, los océanos están llamados a tener un mayor protagonismo del que hoy tienen, como supermercado de los habitantes de este planeta. La situación insostenible por mucho más tiempo de las, cada vez más abundantes hambrunas que asolan al tercer y cuarto mundo, y las perspectivas geopolíticas, nos anuncian que los océanos se han de convertir en la mayor reserva nutricional del planeta. Si bien es cierto que las producciones alimentarias terrestres todavía pueden ser más eficientes y más justas en su distribución, no es menos cierto que cada vez se ven más amenazadas a medio largo plazo, entre otros factores, por la progresiva desertización debida al cambio climático.


Desde hace décadas la producción de la agricultura y la agroindustria española está en recesión y todo el  entramado industrial, denominado "primario" se ve acosado por problemas de toda índole y naturaleza. Unos, derivados del agotamiento de un modelo ancestral que provocó el éxodo demográfico del campo hacia otras actividades -terciarias sobre todo, dentro y fuera de España- y, otros, debidos a la insuficiente competitividad de la mayoría de los subsectores, salvo las excepciones tradicionales que todos conocemos. En términos de contabilidad pura y dura, lo primario es hoy por hoy más un problema para la economía española, que una solución de futuro, ya que adolece de mayores costes sociales que beneficios económicos.

Pero, lo primario no se acaba en tierra. España ha sido de siempre un país marítimo, no sólo por pura geografía, sino también por la historia, obligado a buscar salidas vitales allende los mares. Sin embargo, aunque la pesca y su industria han sido referentes económicos en su historia económica, y aún lo son, ha dejado de ser una potencia pesquera como lo fue en las décadas de los años 60, 70 y 80 del siglo pasado. Con este declive y otros factores industriales de escasa productividad en relación con otros paises asiáticos emergentes, la industria de construcción naval no tuvo más remedio que reducir su capacidad hasta los 2/3 de la instalada en los años 70 y 80.


 No obstante, podemos decir, exagerando sólo lo necesario, que la pesca es hoy a la industria del mar, lo que la revolución industrial manchesteriana a la industria aeroespacial. El 90% de los recursos alimentarios y de otro tipo que alberga el mar están por explotar. Existen otros caladeros por descubrir que requieren de investigación, tecnología y dinero para su puesta en valor. El mar es un sector de futuro.


A pesar de la sobre-explotación que ejercemos sobre los caladeros tradicionales, el mar ofrece recursos poco, o nada, explotados. La acuicultura ha desarrollado solamente un 25% de su capacidad y otras actividades de la agricultura marina, como puede ser la explotación de algas y otros microorganismos, está en pañales. Por otro lado, son pocos todavía los paises que están en vías de desarrollar una industria del mar a la escala a la que nos estamos refiriendo. El mercado de los productos del mar es ilimitado en el campo alimentario y, en otros, como la industria farmacológica ofrece cotas espectaculares de crecimiento potencial.

A su vez, desde el punto de vista del efecto "arrastre" que la industria del mar a gran escala ejerce sobre otras actividades es muy elevado, según revelan estudios rigurosos. Tiene externalidades directas sobre un amplio abanico de sectores económicos como son: el primero, la investigación en muchisimos campos, la industria alimentaria, sanitaria, farmacéutica, etc. Asi mismo, son sectores muy afines y necesarios para desarrollar una industria del mar potente, el sector de la construcción naval para poder disponer de flotas de buques de tecnologías avanzadas, otro tanto cabe decir del sector de construcción aeronáutica y de aviónica, para disponer de aeronaves de transporte capaces de mantener una cadena de comercialización y distribución planetaria en tiempos récord. Respecto del mercado interior, una industria potente del mar requiere de una red ferroviaria de mercancias moderna y eficiente. Y así se pueden ir desgranando otros sectores y actividades, pero quizá el más importante y el menos tangible es que se trata de un sector donde mucho está por hacer, un sector basado en la innovación y la investigación. Es, en definitiva, un sector de futuro y con futuro.


Aunque estemos en crisis y, precisamente porque estamos en crisis, debemos aprovechar esta ocasión para apostar por este sector, repetimos, de futuro y con futuro, que nuestro país empezó a desarrollar con experiencias singulares, pero que ahora habría que configurar como una de las industrias básicas españolas.


Por

JEV

Economista y consultor, especialista en Transporte, y miembro del Foro del Transporte y el Ferrocarril (FTF) 

http://forodeltransporteyelferrocarril.blogspot.com.es/

Escribir comentario

Comentarios: 1
  • #1

    Ale (jueves, 06 septiembre 2012 10:12)

    JE, me parece buenísimo tu artículo y de suma actualidad, especialmente ahora que se están negociando los caladeros en Mauritania y toda la queja de España es porque le limitan la pesca de calamar, dado que, según estudios científicos, está disminuyendo su población.
    Hay que invertir en I+D para entrar de una vez en el siglo XXI.

    Felicidades Nuevamente!!