A limpiar el mundo

tirar basura
tirar basura

Cantidades ingentes de basura por habitante, cantidades ingentes de habitantes y una sociedad que premia la cultura del usar y tirar.

España produce anualmente unos 24.000.000 de toneladas de residuos urbanos. Considerando que España tiene una población de unos 45 millones, se puede estimar que se producen 0,53 toneladas de residuos urbanos por habitante al año; es decir 530 kg. La esperanza media de vida ronda los 80 años, así que una persona produce a lo largo de su vida ¡42.400 kg de residuos! Y esto contando sólo los residuos generados en los hogares, sin tener en cuenta los producidos por las actividades económicas.


 

No hay que ser un especialista para que a uno le salten las alarmas al ver estos datos. Ante este panorama, ¿no habría que tomar medidas para reducir este despilfarro de recursos, de energía empleada para el tratamiento de residuos, de espacios contaminados, de aguas contaminadas…?

¿Cómo empezar? ¿Dónde poner el esfuerzo? Analizando las estadísticas de otros países europeos, queda claro que aplicar medidas disuasorias no es suficiente, ya que, en países que tienen un sistema de recogida y gestión de la basura diferente al español, la producción de residuos urbanos por habitante al año es muy parecida a la española. En Holanda y en Suiza por ejemplo, el hecho de que sólo se recoja la basura una vez a la semana y sólo en las bolsas reglamentarias, que cuestan más de 0,80 euros (frente a los 0,13 euros que cuestan en España), no parece ser suficientemente disuasorio para reducir la producción de basura, ya que la producción por habitante no desciende de las 0,5 toneladas al año en el caso de Holanda y en el de Suiza llega incluso a las 0,7.

La medida más eficaz sería el cambio de mentalidad de los habitantes, el abandono de la cultura del derroche, el impulso del reciclaje y de la reutilización de las cosas. ¿Por qué tiene que terminar la vida de un tarro, de una botella, de una caja… cuando se agota su contenido? ¿no podría limpiarse y rellenarse? La cultura del derroche está tan instaurada en nuestra sociedad que incluso las Sociedades Geográficas, que tanto bien hacen con sus llamadas de atención sobre los problemas medioambientales y territoriales, envían sus publicaciones mensuales doblemente plastificadas. En los supermercados empiezan a cobrarse las bolsas (medida muy apropiada para favorecer su reutilización), pero los productos cada vez llevan más embalajes de plástico y los que se vendían en packs se venden ahora en unidades. Podría seguir con una lista de ejemplos interminable. ¿Pero es que a nadie se le ocurre regular esto? 

La producción de basura se ve como un derecho universal. Bolsas y bolsas dejadas en los descansillos esperando que las recoja el camión de la basura. Y si no pasase ¿no nos irritaría tener que estar viendo los residuos que hemos producido? ¡Buaj! ¡Basura! No importa que instantes antes haya estado en nuestras manos, en cuanto cae en la bolsa ya no es cosa nuestra, ¡que se deshagan otros de ella y que la depositen en un lugar donde no podamos verla ni olerla! Así nos creemos que desaparece. Lo cierto es que esa materia que nosotros hemos desechado perdura y se acumula, bien en depósitos que serán enterrados, bien en el mar, pero perdura, en muchos casos incluso más allá que uno mismo.

 

Fuentes:

Instituto Nacional de Estadística: www.ine.es

Estadísticas europeas, Eurostat:

Estadísticas de Suiza:

http://www.bfs.admin.ch/bfs/portal/de/index/themen/02/06/ind13.indicator.130307.1377.html?open=1301,1302&close=1301

 

 

Escrito por Lic. María García

 

 

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Comentarios: 2
  • #1

    Arturo León (lunes, 10 septiembre 2012 16:34)

    Debemos de aprender más de la naturaleza, donde no existen residuos, todos los "residuos" producidos se convierten en productos que son utilizados por otros seres, cuyos residuos vuelven a ser productos utilizados por los siguientes en un ciclo sin fin.

    Espero que un día podamos aproximarnos al funcionamiento de los sistemas naturales....

  • #2

    J. Enrique (martes, 11 septiembre 2012 00:22)

    Un excelente artº de la autora. Claro, concreto y directo. He leído y visto en TV algún reportaje sobre una extensa "isla" de kms2 y kms2, existente en el océno Pacífico, formada por plásticos, bolsas de basura y otros de nuestros muchos desechos que acaban en el mar.
    Un enfoque económico del hecho de los residuos humanos es que son la muestra de que somos una especie ineficiente. Todo lo contrario a lo que comenta Arturo León más arriba. El resto, animales o vegetales se auto transforman y transforman otros seres. Nuestros actos crean cosas que no las consumen otros. Inútiles para todos y, encima, nocivas.